sábado, 21 de mayo de 2016

El optimismo, un arma contra la fibromialgia.

Son muchas las circunstancias de la vida, que influyen en nuestro ánimo, y evidentemente la enfermedad es una de ellas. No trato de frivolizar, diciendo que con una actitud positiva se cura la fibromialgia. Eso es mentira con la fibro y con cualquier otra enfermedad, pero hay que tener en cuenta que la fibromialgia es una carrera de fondo, en la que acecha permanentemente la ansiedad y la depresión, y que ante estas circunstancias una actitud positiva puede ayudar más que una negativa.

En ocasiones los psicólogos afirman que sentirse bien o mal depende de uno mismo. Esta afirmación no es del todo cierta, porque el que duela todo el cuerpo no depende de uno mismo y hace que nos sintamos mal. Sin embargo, el modo en que nos tomemos la vida, va a condicionar muchas de nuestras vivencias, incluida la enfermedad. Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, y eso en cierta medida si depende de nosotros.

Hace poco me tropecé con una conocida, a la que encontré "muy apagada". Al preguntarle, me comentó que a pesar de los estudios que tenía (licenciada y algún master), estaba trabajando en unos supermercados de una conocida cadena de alimentación, y estuvo quejándose de su mala suerte, de la vergüenza que iba a pasar si alguno de sus antiguos compañeros de trabajo la veía trabajando allí...

"Bueno, le dije tratando de animarla, al menos tienes trabajo, puede que no sea de lo tuyo, pero tienes un trabajo tan digno como cualquier otro, que te permite pagar las facturas."

Al cabo de unos meses me la volví a encontrar, y esta vez mucho más animada. Le pregunté que si le iban mejor las cosas, y me contestó lo siguiente: "Después de hablar contigo, me puse a pensar: Es verdad, tengo trabajo, y la gente que me lo ha dado no se merece mi mal humor ni mi desgana. Así que al día siguiente fui a trabajar como cada día, pero traté de ver las cosas de un modo distinto, traté de cambiar el "chip" en mi cabeza: Si antes pensaba que tenía un trabajo que no estaba a mi altura, ahora pensé que yo debía de estar a la altura de mi trabajo, que era tan digno como cualquier otro, como me hiciste ver.
Los clientes que me preguntaban donde estaba algo, ya no me resultaban un incordio, sino una oportunidad de ayudar y ser amable. Cambió mi modo de ver a mis compañeros y empecé a relacionarme más con ellos, a ser menos prepotente, a reírme en el trabajo, a escuchar y a sacarle el lado positivo a las cosas. Empecé a sentirme mejor en mi trabajo y conmigo misma. Al cabo de 3 semanas, me llamaron los jefes, me dijeron que aunque al principio habían pensado en no renovarme el contrato, mi cambio de actitud les había sorprendido, y que si me parecía bien, cuando hubiese un puesto vacante en administración me recomendarían, ya que tenía formación para ello, aunque el puesto podía tardar. Así que lo mismo me ascienden, pero si no lo hacen, pienso seguir igual, porque mis circunstancias no han cambiado, pero si no llego a cambiar yo, ahora estaría sin trabajo y pensando que el mundo se portaba mal conmigo, cuando la realidad sería que me habrían echado por mi culpa."

Es verdad que ésto que acabo de contar no tiene nada que ver con la fibromialgia, pero os lo he contado para ilustrar, que un cambio de actitud puede mejorar nuestra vida aunque no mejore nuestras circunstancias.

Tienes fibromialgia, estás llen@ de dolores, no tienes fuerzas para trabajar, tienes neblinas, nadie te comprende ni te apoya. Tienes todo el derecho a estar enfadad@ y a tener la actitud que te de la gana. Pero hay que seguir. El tener una actitud positiva y ser optimista no te va a curar, pero seguro que no te va a perjudicar, mientras que tener una actitud negativa y ser pesimista puede sumirte en una depresión, que haría que se juntase el hambre con las ganas de comer, como dice el dicho.

No te rindas. La enfermedad ya afecta a tus músculos, no permitas que afecte a tu modo de ser. Si no puedes hacer planes para la semana que viene, porque no sabes como vas a estar, hazlos de hoy para mañana. Si no puedes andar 10 km, anda 500 metros. Si no puedes estar alegre, no estés enfadada. Alégrate de que tus padres, tus amigos, tu pareja y tus hijos no te comprendan, eso significa que no tienen fibromialgia, no que no te quieran.

Esto es lo que yo llamo actitud positiva, aquello que puede hacerte disfrutar más de los momentos en que estés mejor, o hacerte consciente de las pequeñas cosas, o mantener a raya la depresión. O como dice otra amiga mía que sí tiene fibromialgia: "Me duele lo mismo en el sofá de mi casa que en el cine. Prefiero ir al cine".;-)

Os dejo un enlace a una breve presentación sobre la vida de Helen Keller, que supo que aunque la vida no le dió buenas cartas, jugar bien con las que tenía.

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