Hola a tod@s:
Much@s vosotros pensáis que la
comunidad científica no tiene ningún interés en la fibromialgia.
No es cierto. Hay multitud de proyectos e investigaciones en marcha,
no sólo por la gran cantidad de personas afectadas, sino porque
además esta enfermedad es un reto y a los científicos nos gustan
los retos.
¿Por qué entonces no se transforma esta investigación en medicamentos para los afectados?
Encontrar un nuevo medicamento es un
camino largo, que vamos a intentar resumir en esta entrada, de la
forma más sencilla posible:
Identificación del fármaco
Para identificar
un fármaco, primero hay que investigar la enfermedad. Hay que
conocer al enemigo, para saber que armas emplear, y para ello hay que
hacer estudios. Hay que invertir.
Cuando un grupo de investigación
concibe un estudio, éste debe pasar algunos filtros para lograr
financiación. Uno de estos filtros es que el estudio, que es
valorado por otros investigadores, tenga base científica. Es decir,
si por ejemplo yo, decido hacer un estudio sobre la fibromialgia, y
el método que empleo es medir la longitud de las uñas de las
personas afectadas, y de ahí pretendo deducir si la longitud de las
uñas es la causa de la enfermedad, el estudio no sería aceptado,
porque evidentemente no tiene base científica.
Por lo que lo primero que hay que hacer
es leer todo lo que se ha publicado sobre fibromialgia y basándose en los estudios de otros, encontrar un hilo que seguir. Cada paso que
se da, hay que decir porqué se da, y justificarlo en estudios
previos (tanto negativos como positivos), es decir: Hago ésto
porque a Fulanito le funcionó y no hago esto otro, porque Menganito
ya lo hizo y no obtuvo resultados. Si el estudio es lo
suficientemente serio, el grupo de investigación tiene entidad y se
presenta por los cauces adecuados, puede que el proyecto obtenga
financiación. Por desgracia muchos buenos proyectos se quedan en el
camino por falta de presupuesto.
Cuando se obtiene financiación se
comienza el estudio, que puede durar varios años, y una vez
concluido el grupo investigador tiene que escribir un artículo
(normalmente en inglés) y publicarlo en una revista especializada.
Para publicar un artículo, éste debe
ser de nuevo evaluado por un grupo de científicos de las revistas,
que lo consideren de utilidad y que comprueben que el material y
método usado son los correctos, que los resultados tienen
fundamento, y que las conclusiones extraídas son correctas.
Luego estos estudios deben ser
repetidos por otros investigadores, que verifiquen que bajo las
mismas condiciones, se obtienen los mismos resultados, por ello se
debe ser muy minucioso a la hora de describir el material y método
(y estoy hablando desde la temperatura de conservación hasta la
marca de nevera usada). Sólo cuando un estudio ha sido repetido y
verificado por otros investigadores se da por bueno.
Todos estos estudios, (algunos con
resultados positivos y otros con resultados negativos) sirven para
recabar información sobre la enfermedad y proponer un medicamento.
Como vemos se ha recorrido un gran
camino, que normalmente ha durado años, hasta el momento del
descubrimiento de un fármaco (identificación de un objetivo y
validación de un candidato a medicamento), pero ahora hay que
estudiar el medicamento.
Si el medicamento es uno preexistente,
por ejemplo el ácido acetil salicílico (aspirina), al que vamos a
dar un nuevo uso (como ocurrió cuando se verificaron sus propiedades
anticoagulantes), el procedimiento es rápido, porque ya se conoce
los efectos sobre la población a corto y largo tiempo. Sólo habría
que verificar las propiedades del medicamento para su nuevo uso.
En la próxima entrada veremos que
ocurre si el medicamento es nuevo.
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